Para relacionarse con el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, existen distintos niveles.
1) Estamos juntos.
Participamos de las reuniones en la Iglesia, nos visitamos, nos vamos conociendo superficialmente y decidimos si el grupo nos resulta agradable. Es un tiempo de comunión pero sin comprometernos.
2) Tenemos cosas en común.
Un cuerpo, un Espíritu, un Señor, una fé, un bautismo, un Dios y Padre.
Es una etapa en la que somos discipulados, comenzamos a estudiar los principios básicas de la fé y comenzamos a darnos cuenta que podemos ser felices si participamos del cuerpo de Cristo con el que tenemos tantas cosas en común. En esta etapa el Señor comienza a sanar nuestras heridas del pasado y nos prepara para la próxima.
3) Servimos al Señor juntos.
En esta etapa comenzamos a hacer cosas juntos y a gozarnos de ver como la gente a la que le transmitimos nuestra fe de repente aceptan a Cristo como el Señor de sus vidas y comienzan a ser transformados por el poder de Dios. Es una etapa maravillosa pero aún no hay una interrelación profunda entre nosotros, la que solo puede darse cuando...
4) Sufrimos juntos.
A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Esto que parece tan dificil de creer y de llevar a nuestro andar diario, es la clave de la comunión.
Cuando mas cerca estamos del que sufre, cuando sufrimos con el y le ayudamos a sobrellever su carga es cuando Dios se manifiesta con mayor poder.
¿en cuál de los niveles está usted?
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